23 feb 20216 Min. de lectura

Dublin 2014, entre risas y lágrimas.

Actualizado: 10 ago

Como siempre digo, este no es un blog de recorridos,¡ de ésos hay muchos y muy buenos!

Este espacio es para contar qué sentimos, qué aprendimos , qué nos dejó el hecho de haber visitado algún lugar.

Un recuerdo, una nostalgia, pasión o hambre de repetir.

A mí, Irlanda me dejó ....ganas de bailar con ellos y de saltar, sonrisas, carcajadas, ganas de abrazarlos ....y un desgarro sordo también.

Pero vamos de a poco...llegamos a Dublín después de haber estado en Escocia, en el año del referéndum .En realidad llegamos primero a Belfast, Irlanda del Norte. No me impactó particularmente, y de allí cruzamos la frontera con la República de Irlanda......donde todo cambia, desde la mano para conducir, los colores, la música.....la alegría y el sentido del humor.

Recordemos que la historia se remonta a cinco mil años antes, cuando los primeros pobladores eran recolectores y pastores, y existen tumbas de piedra y otros rastros de esa época...Y de la Edad de Bronce ..numerosas muestras de utensilios de metal.

Los celtas recién aparecieron en el 500 ac, en formas de tribus que invadieron y colonizaron Se dice que eran guerreros, ruidosos, les gustaba la bebida pero también eran amantes de la poesía, de lo ético y lo espiritual (eran druidas) .......qué mezcla!

Hacia el 430 dc, se convierten al cristianismo gracias a nuestro amigo San Patricio, escocés, que a pesar de haber sido secuestrado por piratas a los 16 años y vendido como esclavo, se escapa y llega a Irlanda a evangelizar, y eso justifica el amor que despierta en la gente.

San Patricio aprovecha algunas representaciones de creencias para fundirlas con las nuevas y de ahí la forma de la cruz, atravesada por un círculo que era el dios del sol de los celtas ,y explica la trinidad con las tres hojas del trébol verde, tan propio de Irlanda.

Las raíces del cristianismo calaron hondo en los convertidos y es parte de la esencia Irlandesa, la fé tan fuerte que tienen y cómo la han defendido a través de los tiempos.

Dublin es música, pubs, alegría, cantos y bailes callejeros.

Una ciudad para caminar y sonreír, y dejarse llevar por las bromas que te hacen.

Los irlandeses tienen un sentido del humor especial y cautivante.

Se ríen de todo y sobre todo de sí mismos.

Uno de los ítems de Dublin es la Aguja, o el monumento de la luz.

(esta foto no es mía)

Está erigido en donde una bomba del IRA destrozó el monumento a Nelson, dicen ellos que se equivocaron en la cantidad de explosivos y el resultado...ups...fue un gran cráter.

El tema es que el Ayuntamiento decidió encargar una obra de arte para poner en ese lugar, ya que es una de las zonas más comerciales y turísticas de la ciudad y abrió una licitación para esto. Pero...según los detractores....la ganó un equipo inglés...y este es el resultado...un dedo gigante de los ingleses en medio de Dublin.

Y te lo cuentan en medio de risas y festejos.

Y volviendo un poco a la historia....el Trinity College es un magnífico edificio inaugurado en 1592 durante el reinado de Isabel I, la universidad más antigua de Irlanda, que vió graduarse a personajes tan famosos como Oscar Wilde, Bram Stoker, Jonathan Swift y Samuel Becket.

En este lugar existe una Biblioteca tan espectacular, no sólo por ser escenario de alguna parte de las películas de Harry Potter sino porque aquí está El libro de Kells, otro bastión del catolicismo tan arraigado.

Es un manuscrito iluminado o ilustrado , son los cuatro evangelios hecho por monjes de alguna abadía que todavía está por resolverse, hay varias teorías, pero que tendría que ver con la influencia del amigo San Columba, de Iona, que Inés nos contó en su relato de viaje .

Lo cierto es que sus primeros rastros lo ubican en la abadía de Kells y fue robado una noche para despojarlo de su envoltura rica de oro y piedras preciosas. Se lo encontró bajo tierra y había perdido páginas .

Son ilustraciones en cada página de los cuatro evangelios. Exquisitas todas.

Y sobre el año 800, invasión de los vikingos que dejaron numerosas huellas que se pueden ver....y marcas que , como decía nuestra guía española...ahí hay marcas de los lugares donde dormían......¡después de todo no eran tan altos!!!

Dejaron su impronta tribal y también su color de pelo rojo y fueron vencidos por Brian Boru, en el 978 quien fue el primer rey de Irlanda

Y seguíamos deambulando por las calles y descubrimos la estatua de Molly Malone, la vendedora de pescado que según las malas lenguas después del pescado , vendía otros favores a los señores del lugar.

Dicen que cayó muerta de fiebres, en la calle, y para los dublinenses es un personaje de su folclore, amada y homenajeada con una canción.

Cuando en el pub suena la canción, se ponen de pié y con la mano en el corazón y lágrimas en los ojos cantan, como un himno patriótico a esta joven que por lo menos un siglo atrás les daba alegrías ...así son ellos.

El Castillo de Dublin es en realidad el Parlamento, sólo queda la torre como muestra de lo que antes fue , un lugar de encarcelamiento y muerte para los opositores al gobierno inglés.

Antes de viajar , había leído mucho sobre Irlanda y su historia ,hasta me había regalado el Partner el Ulises de James Joyce y juro que lo empecé y lo leí...pero no lo pude terminar, abandoné poco después del veinte por ciento.

Hay una frase suya que me llamó la atención..."He puesto tantos enigmas y acertijos que la novela mantendrá ocupados a los profesores durante siglos, discutiendo lo que quise decir. Es la única forma de asegurarse la inmortalidad:"

Pudo con mi mortalidad...o mejor dicho, no pude con él.

Pero sí con la obra de Oscar Wilde y la de Jonathan Swift. Este último me resultó apasionante porque sus cuentos infantiles ( Los viajes de Gulliver) son en realidad críticas a la conducta humana y agudas críticas políticas.

Hay una frase suya que es clave para entender la historia del país::" Tenemos bastante religión para odiarnos unos a otros, pero no la suficiente para amarnos"

Y así empezó todo cuando el veleidoso Enrique VIII quiso divorciarse y el Papa de Roma le dijo..¡.No se puede! y este hombre que además de veleidoso era lujurioso y estaba condenado por sus bajos instintos, la emprendió a cachiporrazos con todos los que le llevaran la contra, se nombró a sí mismo jefe de la Iglesia Anglicana y aprovechó para agenciarse los territorios y bienes de todos los que lo contradecían ,incluida Irlanda, profundamente católica.

El relato es jocoso, pero la verdad no , y eso es lo que nos empapaba al entrar un poco más en la historia, Cromwell y sus secuaces y el hambre tan terrible que pasaron los irlandeses cuando se les arruinaron las cosechas de papas, por un hongo que llegó de Inglaterra y no tenían ni para comer.

A los arrendatarios se les exigía una cuota de exportación de los otros alimentos y ganado y tenían que cumplirla, a riesgo de perder sus tierras y sus casas de manera que no había alimentos para ellos.

Y quién se beneficiaba con las exportaciones? Las mesas de los ingleses , que consideraban a Irlanda como su fuente de abastecimiento particular.

Ahí se produjo la muerte de un millón de habitantes por hambre y la migración de dos millones de habitantes que fueron a desparramarse por el mundo.

Me fui por las ramas.

Pero , la historia es la que es, y hoy Dublin es una ciudad chispeante y generosa con su buen humor y amabilidad.

Y esa forma lacónica de ver la vida , entre resignada y risueña, haciendo de cada cosa un broma.

Pero...pensaba, tienen en su recuerdo tanto sufrimiento, tanta lucha, que quizás ese sentido del humor exista sólo como sublimación de todo lo demás. El dolor capaz que no es actual, pero lo cargan y eso lo sentís.

Y como me pasó en Escocia, mi sentimiento está con ellos, con sus batallas y con los que se fueron.

Historias desgarrantes de amor y pérdida , de Romeos y Julietas de uno y otro bando, de niños enviados a luchar para defender la fé, el honor o la patria, de valientes y traidores, de cobardes y heroínas.

Estaba pensando eso cuando escuché una canción popular cantada por uno de estos músicos callejeros que finalmente, me arrancó las lágrimas que venía aguantando.