Y volvemos al tema....que somos sino lo que soñamos?

Alguna vez estaban revolviendo un baúl, un cajón, una caja y de pronto salta desde la profundidad una idea, un recuerdo de la infancia, y los asalta la melancolía.

Algo queríamos hacer y no hicimos, un sueño que guardamos escondido en medio de cartas viejas, algo que nunca llegó a ser, porque no era el momento, porque los críos eran menores o la hipoteca ....o el trabajo.

Y como un resorte sale de su escondite y se pasea por tu face con un descaro pocas veces visto, te hace correr la sangre más rápido y una imagen en fluorescente aparece en el aire… ¿Y si…? Y queda flotando en partículas de deseo que uno pensó que no volvería a tener.

Qué momento mágico!!!!

A unos cuatro días de mi viaje a Malta, les dejo dos historias para que no me extrañen.

La de dos seniors que se animaron a desafiar sus propios límites, esos frenos molestos que se convierten en nuestros dueños, hasta que nos animamos a darles un machetazo y callarlos para siempre.

Un día estaba mirando Instagram y de pronto veo a una mujer que conozco, una lectora del blog, subida a un escenario y cantando Crazy.

Una mezcla de asombro y maravilla.

¡¡¡¡Así que le pedí que me contara su historia!!!!

A ella también la golpeó la vida; quedó viuda hace unos pocos años y muy afectada por esto, sin encontrar sentido ni rumbo.

Estaba muy mal, muy hundida, y un día me invitan a una reunión de compañeras de la primaria.

Ahí me reencontré con dos amigas con las que cantábamos juntas como un conjunto en las fiestas escolares. ¡¡Qué épocas!! —se ríe.

Mientras habla, le brillan los ojos y sonríe.

Una de ellas me invitó a ir a estudiar canto con ella. Te va a hacer bien, me decía, y me convenció.

Así que empecé a estudiar, y me sentí mejor.

Y un buen día el profesor me ofreció cantar con otras tres chicas e hicimos un ensamble; actuamos algunas veces y nos fue muy bien!!!

Sin embargo, siento, y también me lo dice, que todavía no puede creer que ella, que no es cantante profesional, pueda cantar con esas voces y esos músicos tan importantes.

_Adri, ahora pasemos al plato principal, le digo. Porque hasta ahora fue una entradita.

_Sí, el profesor me dijo si me animaba a grabar un tema en un estudio y ahí fuimos, a grabar Crazy.

Pero un día, vio una invitación a participar nada menos que en el Festival de San Remo y ahí fue donde venció el miedo, las inseguridades, y calló a machetazos los frenos y los prejuicios; solo por mandar su video de Crazy ya se sentía feliz.

Lo bueno es que seguia sin considerarse cantante y no pensaba en los posteriores, solamente que se habia animado a mostrarse, a exponerse y solo con eso había ganado..

¡El tema es que un día recibió la invitación formal, ya que había sido seleccionada para participar en el Festival, en la categoría de Senior!!!!

_Imagínate lo que sentí, me decía_, ¡¡¡¡se me vino el mundo encima!!!! ¡No podía creerlo!

La cara refleja una felicidad increíble.

—¿Cómo es San Remo? le pregunto.

Es una ciudad que se quedó en el tiempo, en los sesenta.

Pero todo es muy emocionante; vives en un hotel junto a los demás participantes, cosa que te permite conocer a mucha gente.

Ahí me di cuenta de que todos eran profesionales y de alguna manera vivían de eso, y yo tenía que decir que soy abogada y trabajo de eso, ¡y canto porque me gusta! Se ríe.

Franco Simone fue jurado y, como ídolo de mi adolescencia, ¡¡¡¡¡¡le pedí una foto juntos!!!!!!!

___La selección fue sobre setecientos participantes

De eso eligieron setenta y, después de otra selección, quedamos treinta.

¡Pero ya con eso te ganaste el festival!

Yo sentía que estaba con monstruos de la música; solo con haber llegado hasta ahí, había ganado una batalla, que había cumplido un sueño muy antiguo con un final inimaginable.

La experiencia fue grandiosa, gratificante, me hizo sentir... ¡¡Viva!! 

Eso es lo que decimos siempre: no hay edad, no hay obstáculos.

Somos seniors, no estamos de remate; tenemos ganas, tenemos tiempo, experiencia y mucho por hacer.

Hoy es todo lo que tenemos.

Y lo importante no es la meta, sino el camino.

Abramos los baules, los cajones y las cajas y descubramos cuántos de nuestros sueños pasados asoman la patita para que podamos reconocerlos.

¡¡¡Un aplauso para nuestra estrella del festival!!!

La vida es apenas un momento, un paso.

Para los Senior, la vida es hoy, y el camino... vale la pena.

A unos pocos días de mi desembarco en Malta, tengo ráfagas de dudas y preguntas, pero, como Adriana, una felicidad increíble.